Teresa de Lisieux (Español)

Therese_Lisieux-234x300 Festividad: 1 de octubre
Canonización: 17 de mayo de 1925
Beatificación: 29 de abril de 1923
Veneración: agosto 14 de 1921

En 1873, Teresa nació en la pequeña ciudad francesa de Alençon y fue criada en una amorosa familia grande con sus cuatro hermanas. Como cualquier niña, Teresa disfrutaba jugar con sus primos y hermanas. Cuando Teresa tenía cuatro años su madre murió, y su padre mudó a la familia a Lisieux, una ciudad a 50 millas de distancia, para que él y sus hijas pudieran vivir con su hermano. La hermana mayor de Teresa, Paulina, se convirtió como una segunda madre para ella.

A la edad de los 15 años, Teresa se convirtió en monja carmelita, siguiendo los pasos de sus tres hermanas mayores, incluyendo a Paulina. Como monja joven, tuvo una visión del Niño Jesús. Ella pensó que era una señal de Dios. Para ella, era un recordatorio de que aunque ella era una pequeña mujer, ella era grande y fuerte por medio de su amor a Dios.

Teresa sabía que ella nunca iba a poder hacer grandes obras pero comprobó su amor a Dios al hacer las pequeñas cosas que no reciben reconocimiento. Sonreía a las personas con las que no se llevaba. Comía todo lo que estuviera en su plato sin quejarse. Aceptaba culpa cuando no la tenía. Ella le llamaba a esto el “caminito”. Este “caminito” se ha convertido en modelo para todas las personas que buscan llevar vidas santas.

Teresa era también una muy buena escritora. Escribió una autobiografía que relata su vida y su amor por Dios. Hoy, la gente todavía lee este libro que se llama Historia de un alma.

Se enfermó en 1896 pero no se lo dijo a nadie, sufriendo en silencio. Murió en 1897 cuando tenía apenas 24 años, y cuando su hermana mayor compiló sus escritos y los envió a otros conventos, su “caminito” se hizo famoso.

Hoy honramos a Teresa de Lisieux como la santa patrona de las misiones. Ella nunca viajó pero le encantaba rezar por las misiones. La gente también la llama “la florecita”, por que amaba las flores y a veces se llamaba a sí misma una “florecita de Jesús”. Fue canonizada en 1925, y en 1997 el Papa Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia.

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