Festividad: 8 de febrero
Canonización: 1 de octubre, 2000
Beatificación: 17 de mayo, 1992
Veneración: 1 de diciembre, 1978

En 1869, una niña nació en Sudán en África. De niña fue secuestrada y llevada a la  esclavitud. Esta experiencia fue tan aterradora que ni siquiera podía recordar su nombre. Por lo tanto, sus secuestradores la llamaron Bakhita. El nombre Bakhita significa “afortunada”.

Un funcionario italiano, Calixto Legnani, compró a Bakhita. Por primera vez desde que había sido secuestrada, fue tratada con cariño, en lugar de ser golpeada. Cuando llegó el momento de que el cónsul italiano regresara a Italia, trajo a Bakhita con él. Una vez allí, Legnani dejó a Bakhita con Augusto Michieli y su esposa. Cuando nació la hija de Michieli, Mimmina, Bakhita se convirtió en su niñera y amiga.

Cuando los Michielis fueron a Suakin a encargarse de su gran hotel, dejaron a Mimmina y Bakhita con las Hermanas de Canossa en un convento en Venecia. Fue allí donde Bakhita llegó a conocer acerca de Dios. Cuando los Michielis regresaron, Bakhita pidió permanecer en el convento con las hermanas. Ella se convirtió al catolicismo y se le dio el nombre de “Josefina”.

El 8 de diciembre de 1896, Josefina Bakhita se hizo religiosa en el convento y dedicó su vida a Dios para siempre. Durante los siguientes 50 años, sirvió a la comunidad del convento Schio cocinando, cosiendo, y atendiendo el portón. Cuando ella estaba de portera, su amable y dulce voz le era agradable a los niños, consoladora para los pobres, y alentadora para los demás.

A medida que crecía, la Madre Bakhita sufrió muchas enfermedades. Murió el 8 de febrero de 1947, en el Convento de Canossa en Schio, rodeada por las otras hermanas. Fue nombrada santa de la Iglesia el 1 de octubre de 2000, por el Papa Juan Pablo II.

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