En el mundo se dice muchas veces que hay dirigentes y seguidores. Cuando Jesús conoció a Simón se dio cuenta de sus cualidades de liderazgo y, sin embargo, sabía que Simón necesitaría ayuda. Por lo tanto, empezó a prepararlo dándole un nuevo nombre, el de «Pedro», que significa «Piedra»: le dijo que sería la piedra sobre la cual construiría su Iglesia.
El grupo de misioneros tenía que ir muy lejos, y el sol se ponía rápidamente. Junípero Serra y sus amigos pensaron que tendrían que dormir en las llanuras en México, pero luego vieron una casa al costado del camino. Se acercaron al dueño, un hombre que vivía allí con su esposa e hijo, para ver si podrían pasar la noche con ellos. La familia los trató con amabilidad, les dio comida, y los dejaron dormir durante la noche. Por la mañana, los misioneros siguieron su camino. No pasó mucho tiempo hasta que se encontraron algunos arrieros en la carretera. Los conductores preguntaron a los misioneros donde habían estado. Cuando describieron la casa y la familia, los arrieros les dijeron que no había tal casa o rancho a lo largo de la carretera. Sin lugar a dudas, los misioneros creían que la Sagrada Familia les había proporcionado alojamiento la noche anterior.
Resulta imposible imaginar que uno de los más allegados a Jesús no creyera al principio en la Resurrección y, sin embargo, el Apóstol Tomás dudó: su incredulidad nos revela cuán importante es el don de la fe.
Amabile Visintainer nació en un pobre lugar de Italia en 1865. Cuando tenía 10 años, su familia y muchos de sus vecinos navegaron hacia América del Sur. Estaban buscando una vida mejor. Los inmigrantes viajaron a Brasil y comenzaron una nueva ciudad, que nombraron Vigolo. Aunque muchas cosas habían cambiado para Amabile, la fe católica permaneció en el centro de la vida de su familia. Hizo su Primera Comunión, asistía a clases de religión y ayudaba a las mujeres del pueblo a limpiar la capilla que los inmigrantes construyeron cuando llegaron.
Justa y Rufina eran hermanas que vivían en Sevilla, España, alrededor de 200 años después de la vida, muerte, resurrección y ascensión al cielo de Jesús. Creemos que se convirtieron al cristianismo después de oír a los misioneros predicar acerca de Cristo. Ellas eran miembros devotas de la Iglesia y trataron de vivir como fieles discípulas de Jesús.
Benito nació en el seno de una familia noble en Nursia, Italia, alrededor del año 480 d. C., y se educó en Roma. Posteriormente, su deseo de orar en soledad, lo llevó a vivir en una cueva cerca de Subiaco durante tres años, en los que se empezó a hablar de su ejemplo y sus virtudes. Algunos hombres le pidieron que les enseñara a vivir una vida santa y alrededor del año 529 d.C., fundó con ellos un monasterio en Montecasino cerca de Nápoles, en Italia, y escribió una regla, o método de vida, en la que los monjes prometían vivir en la pobreza, obedecer al abad o a su superior, permanecer puros, y quedarse en Montecasino aún cuando la situación se tornase difícil.
Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago nació en Caguas, Puerto Rico, en 1918. Él es el primer puertorriqueño en ser declarado "Beato" por la Iglesia.
Cuando Francisco fue ordenado, pensó que iba a pasar su vida como un sacerdote común en su patria española. No sabía que su deseo de seguir a Jesús lo llevaría a tierras extranjeras para compartir la Palabra de Dios.
Un huérfano es un niño cuya madre y padre han muerto. Eso es lo que le pasó a Kateri Tekakwitha.
Cuando tenía 30 años, Ignacio pasó de trabajar como soldado para trabajar como misionero de Dios. Había nacido en 1491 en una familia noble en el País Vasco de España. Era el más joven de 13 niños y tenía solo siete años cuando su madre murió.